3/6/09

La revolución de la intercreatividad

 
 

Enviado por jsaldiva a través de Google Reader:

 
 

vía Humanismo y Conectividad de Andres Schuschny el 16/04/09


La revolucion intercreativa Durante los ultimos días la creatividad ha venido revoloteando alrededor de mis pensamientos y de los de mi red social. Recientemente publiqué un resumen que intentaba describir las características principales de la personalidad creativa cuya repercusión consta en este ecopost. Así mismo, Dolors Reig, en su blog: El caparazón dedicaba un post al tema en el que afirmaba:

Que la tecnología ya no es lo importante. Hemos llegado a un punto en el que la función, lo que queremos que nos proporcione la tecnología en cuanto a información, conocimiento, es lo fundamental. "Imagina, proyecta, piensa lo que te atrevas: la tecnología adecuada ya existe."

Que ahora lo importante es la creatividad, que la Ley de Moore sobre el desarrollo exponencial de la tecnología, ahora, se ejecuta sobre condiciones adecuadas para poder ser aplicada al desarrollo exponencial de las personas y en concreto, de una de las cosas que nos hacen realmente únicos: nuestra creatividad.

En ese mismo post Dolors, así como mi amigo Gerry Garbulsky y otros tantos (como yo ahora) nos transformamos en agentes resonantes de la presentación de Sir Ken Robinson en el que se expresa con maestria que el sistema educativo actual coarta la creatividad.

En este sentido creo yo que aun vivimos en un mundo que sigue privilegiando la normalidad, dicho esto tanto en el sentido estadístico como narrativo. Una normalización que se realiza a través del disciplinamiento unificador que se expresa en aulas controladas por maestros y profesores portadores del poder de examinar. En contraposición a todo esto, la novedad, fruto de la creatividad no opera bajo los principios gaussianos de la gestión de la enseñanza sino que, estadísticamente podría expresarse como la promoción o conocimiento de las power laws o leyes de potencias …). Proximamente volveré sobre este tema. Ahora no viene al caso.

Hoy quería referirme más específicamente a la creatividad. Por lo visto, poco a poco, estamos llegando a una etapa de madurez 2.0 en la que vamos tomando conciencia de las herramientas que tenemos a disposición y empezamos a apropiarnos del potencial creador-amplificador que estas nos facilitan. Sin embargo, creo que todavía hay que darle una vuelta de tuerca al asunto de la creatividad puesto que la seguimos concibiendo como parte de un proceso solipsista en el que, cuando sucede, es el ser creativo aislado el que recibe los honores del reconocimiento.

Esta posición minimiza la realidad de que son los saberes conectados (hoy gracias a aplicaciones 2.0) los que engendran un conocimiento creativo de naturaleza superior. Es por eso que estoy convencido de que más que de creatividad (operación paradigmática personal/individualista) tendríamos que hablar de la necesidad de promover la intercreatividad.

La aceleración tecnológica a la que se refería Dolors, viene acompañada de la emergencia de una suerte de "cerebro planetario/comunitario" que multiplica las oportunidades de conexiones tanto en cantidad como en calidad. Hay propiedades emergentes que nacen de la complejidad y la interactividad producto de los millones de conversaciones que tienen lugar en el entramado cibersocial. Por eso, es preciso repensar el tema de la creatividad a partir de una aproximación transversal, sistémica y, tal vez, generalista.

De la red se suele decir que lo importante es la interactividad. Sin embargo, a diario interactuamos con numerosos sistemas mecánicos con los que toda "conversación creativa" es estéril. En definitiva la interactividad puede conllevar un aspecto pasivo que solemos no percibir. Lo que es ciertamente interesante es el uso del potencial de interactividad para crear colectivamente, es decir para gestar la "intercreatividad". En tal sentido, no es que nos conectamos e interactuamos con Internet sino que nos conectamos a través de Internet y por eso son los cerebros que están detrás y es esta creatividad mutua la que se potencia en ese vínculo. De manera tal que son los saberes conectados los que dan lugar a un conocimiento superior que se expresa en lo creado.

La difusión, copiado, fragmentación, inserción, edición y apropiación de contenidos es algo que se realiza a diario. El arte y la creación son hoy procesos (no productos) de la "postproducción". Nicolas Bourriaud afirma que los nuevos creativos no tratan ya de elaborar una forma a partir de un material en bruto, sino de trabajar con elementos que ya circulan en el universo cultural, esto es, en la Red. El arte de hoy, en lugar de prosternarse ante las obras del pasado, se sirve de ellas para mantenerlas vivas y producir nuevas resignificaciones. El más claro ejemplo de esta pauta son los DJs: artistas, que como programadores informáticos se entregan a la estética del "remix", es decir a la producción de contenidos musicales a partir de otras grabaciones y, cuya filosofía, altera el concepto de creación en su sentido original.

El arquetipo de la creatividad solipsista da paso (y se rinde, creo) al paradigma de la selección y el "copy-pasteado" de la intercreatividad, puesta de manifiesto en la colaboración descentralizada (y a veces anónima), en donde se rompe la distancia entre lo que se hace, desde dónde se hace y para quién se hace. Con esto se destroza la noción omnimoda del yo creativo. La novedad de esta tendencia es que, por su propia forma de construcción, las obras pertenecen a todo el mundo.

Por eso creo que los creativos de hoy, más interactivos y participativos, deberían (o deberíamos) llevar a la práctica la eliminación de la firma, impronta del ego, y abrirnos al juego de la producción colaborativa puesta de manifiesto en el acto intercreativo. Escribo esto y pienso también en fenómenos colectivos como las raves, los smart mobs, los loves parades, las performances en movilizaciones alter-globalización, los cánticos en eventos deportivos y el evento del burning man (exégesis de la intercreatividad en tiempo real). Ejemplos todos en los que la creatividad (personal) termina ignorando la separación entre la emisión y la recepción, la composición y la interpretación. Estos eventos son expresiones de una sociedad que busca ritualizar colectivamente al acto creativo a la vez que se re-crea en lo ritual.

La pasión creativa nos impulsa y humaniza, mientras que la tecnología perturba los cimientos de todo lo creado. La frondosa gama de medios digitales se hiper-ramifica en infinitas formas tecno-intercreativas. Por eso, pareciera vamos en dirección a abolir la propiedad de las formas, siendo parte o, dando lugar a una cultura de la fusión o del mix que aborrece el copyright y buscar ir hacia una suerte de comunismo creativo hiperconversado.

Repensando a la noosfera de Teilhard de Chardin podríamos imaginar que la capa resultante de la comunicación finamente organizada queda expresada en un maremagnum intercreativo, una creativósfera desde donde va surgiendo la novedad. Sería una suerte de fase exteriorizada de esa noósfera. Se que suena delirante, sin embargo, personalmente encuentro cierta coherencia en todo esto. Esa creativósfera quedaría expresada en la memoria colectiva que día a día vamos conformando a través de las imágenes, sonidos, videos, textos, enlaces, experiencias y emociones conversadas a través del sinnúmero de aplicaciones que solemos utilizar a diario.

La pregunta que se plantea es ¿dónde está el genio en todo esto? Con frecuencia se ve al genio como una especie de ser solitario que actúa desde un puesto de observación único que lo convierte en un faro que nos alumbra desde su trono. No estoy muy seguro de eso. Pienso que el genio es, más bien, cualquiera que haya sabido fundirse de una forma extraordinaria con la sensibilidad creativa ya sea artística o científica de su mundo digo, con el zeitgeist epocal creativo. ¿Es que el genio es cualquier cosa que viene de la sabiduría, del más allá o bien alguna cosa como una especie de metaconocimiento? No, el genio está, creo, inmerso en la multidimensionalidad de lo intercreativo.

Fuentes: Fotografías de Jef Safi.

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Posted in Arte objetivo, Cambio de paradigma, Conciencia Integral, creatividad, Evolución, Innovación, Sociedad de la información, Tendencia, Web 2.0 Tagged: Burning Man, creatividad, Dolors Reig, Gerry Garbulsky, intercreatividad, Ken Robinson, leyes de potencia, Nicolas Bourriaud, personalidad creativa


 
 

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